Fallecido el pasado 8 de octubre -solo tres días después que Steve Jobs-, los logros de Dennis Ritchie fueron reconocidos con galardones como el Premio Turing, lo más parecido que hay a un nobel en el campo de la informática, en 1983, o la Medalla Nacional de Tecnología en 1999, pero su nombre apenas le suena a nadie. Ritchie nunca hizo presentaciones de producto multitudinarias ni estaba al frente de una gran empresa, pero sus creaciones han sido fundamentales para el mundo en el que vivimos, aunque sean menos visibles que las de Jobs.
Ritchie creó, junto con Ken Thompson, el sistema operativo UNIX, cuyos orígenes se remontan a 1969 y que es la base a partir de la cual se desarrollaron tanto Mac OS X, el software con el que funcionan los ordenadores que vende Apple, como iOS, el sistema operativo de sus iPods, iPhones e iPads. UNIX es también extremadamente popular por hacer correr muchos de los millones de servidores con los que nos conectamos a diario a través de Internet para consultar páginas web, reservar nuestras próximas vacaciones, o para enviar y recibir correo electrónico, entre otras muchas cosas.
Además, UNIX sirvió de inspiración a Linus Torvalds a la hora de crear el núcleo Linux, que a su vez sirve de base a múltiples distribuciones -versiones- de Linux. Algunas de estas distribuciones son gratuitas, lo que supone un considerable ahorro a la hora de dotar de equipos informáticos a centros educativos, tanto a alumnos como a profesores. También hay muchas empresas, instituciones, y organismos gubernamentales que se han pasado a Linux o tienen en marcha proyectos en esa línea de cara a ahorrarnos dinero a los contribuyentes.
Programación C
Por si esto fuera poco, Ritchie fue también el autor del lenguaje de programación C, desarrollado en su primera versión entre 1969 y 1973, en este caso junto con Brian Kernighan. C se convirtió enseguida en uno de los lenguajes de programación más populares del mundo, y se sigue usando en la actualidad para el desarrollo de programas para todo tipo de plataformas, para el desarrollo de sistemas operativos, o para programar los microcontroladores que van embebidos en todo tipo de productos que llevan componentes electrónicos. Y conviene no olvidar que eso hoy en día va desde nuestros coches a nuestras cámaras de fotos, pasando por lavadoras y microondas, por citar solo algunos ejemplos.
Además, algunos de los conceptos introducidos por C han influido directamente en el desarrollo de nuevos lenguajes, tanto en la forma en la que sus creadores han imitado conscientemente el modo en el que se escribe en C para facilitarle la vida a los programadores que han de aprenderlos y que ya saben C.
Así, aunque «dmr», como se le conocía por su dirección de correo electrónico en los Laboratorios Bell, llevaba retirado desde el 2007, su influencia sigue viva y pujante, si bien de manera un poco invisible, y lo seguirá siendo aún durante muchos años.
Ritchie creó, junto con Ken Thompson, el sistema operativo UNIX, cuyos orígenes se remontan a 1969 y que es la base a partir de la cual se desarrollaron tanto Mac OS X, el software con el que funcionan los ordenadores que vende Apple, como iOS, el sistema operativo de sus iPods, iPhones e iPads. UNIX es también extremadamente popular por hacer correr muchos de los millones de servidores con los que nos conectamos a diario a través de Internet para consultar páginas web, reservar nuestras próximas vacaciones, o para enviar y recibir correo electrónico, entre otras muchas cosas.
Además, UNIX sirvió de inspiración a Linus Torvalds a la hora de crear el núcleo Linux, que a su vez sirve de base a múltiples distribuciones -versiones- de Linux. Algunas de estas distribuciones son gratuitas, lo que supone un considerable ahorro a la hora de dotar de equipos informáticos a centros educativos, tanto a alumnos como a profesores. También hay muchas empresas, instituciones, y organismos gubernamentales que se han pasado a Linux o tienen en marcha proyectos en esa línea de cara a ahorrarnos dinero a los contribuyentes.
Programación C
Por si esto fuera poco, Ritchie fue también el autor del lenguaje de programación C, desarrollado en su primera versión entre 1969 y 1973, en este caso junto con Brian Kernighan. C se convirtió enseguida en uno de los lenguajes de programación más populares del mundo, y se sigue usando en la actualidad para el desarrollo de programas para todo tipo de plataformas, para el desarrollo de sistemas operativos, o para programar los microcontroladores que van embebidos en todo tipo de productos que llevan componentes electrónicos. Y conviene no olvidar que eso hoy en día va desde nuestros coches a nuestras cámaras de fotos, pasando por lavadoras y microondas, por citar solo algunos ejemplos.
Además, algunos de los conceptos introducidos por C han influido directamente en el desarrollo de nuevos lenguajes, tanto en la forma en la que sus creadores han imitado conscientemente el modo en el que se escribe en C para facilitarle la vida a los programadores que han de aprenderlos y que ya saben C.
Así, aunque «dmr», como se le conocía por su dirección de correo electrónico en los Laboratorios Bell, llevaba retirado desde el 2007, su influencia sigue viva y pujante, si bien de manera un poco invisible, y lo seguirá siendo aún durante muchos años.
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